Colecho
Colecho. Una palabra que últimamente despierta tantos amores como odios, tantos seguidores como detractores.
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Los seguidores abogan por el contacto, el amor en la cama familiar, el apego.
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Los detractores hablan de independencia, de miedo a aplastar al bebé,
de la necesidad de "aprender a estar solos en el momento de dormir".
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Cuando nació mi bebé, el silencio de la noche estaba lleno de llantos,
de despertares, de largos períodos para calmar a un bebé que llamaba a
gritos a sus padres.
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Poco a poco me propuse alejarme de los
"si la metes en la cama nunca la sacarás", "tiene que aprender a estar
sola", etc., y empezar a escuchar a mi bebé y a mis entrañas. Mi
interior me pedía cogerla, besarla y acurrucarla junto a mí, que
sintiera mi calor y mi olor.
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Y así lo hice. Y acabaron los
llantos. Disfruto abriendo un ojo a mitad de noche y viendo a lo más
bonito que tengo en esta vida tumbado a mi lado, respirando paz,
tranquila y feliz.
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Cuando quiere comer sabe que no tiene que
llorar a gritos para conseguirlo, simplemente comienza a moverse, a
agitarse, recibe su toma y concilia el sueño tranquilamente de nuevo.
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Despierta alegre, feliz, rueda en la cama y disfrutamos de ella.
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Cada familia escoge su método de crianza acorde a su estilo de vida y a
los acuerdos que ha llegado con su pareja. Yo animo a todos a hacerlo
escuchando a su bebé, observando sus necesidades e intentando
satisfacerlas :)
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No es colecho SÍ o NO, es cada familia y cada bebé en su intimidad.
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Y vosotros... ¿Qué opináis?
