No me equivoqué

No me equivoqué. Sabía que se avecinaban noches sin dormir.
.
Sabía que en esas noches sin dormir mucho tiempo lo dedicaría solo a
mirarte, a contemplar tu rostro y a terminar de creerme que un día
estuviste dentro de mí. Que tu corazón latió junto al mío, que nuestros
pulmones respiraron juntos y que, quizás, en algún momento, llegamos a
reír a la vez.
.
No me equivoqué cuando pensaba que tu llegada sería exultante, que vendrías al mundo a lo grande y haciéndome llorar como jamás
he llorado en mi vida. Que darías un pellizco a tu papá en el corazón
cuando te vio salir. Que los tres empujamos juntos y viste la luz por
primera vez, que tú traías una luz contigo que ahora ilumina nuestra
vida.
.
No me equivoqué, sabía que me cuidabas desde dentro.
Saliste y mamá se encontraba estupenda, radiante, feliz. Y tú tan
pequeña, tan perfecta, tan como siempre había imaginado.
.
En
algo sí me equivoqué hija. Pensaba que sabía lo que era querer mucho y
que así te querría. Y no. El "querer mucho" se queda a años luz del amor
que siento por ti. El amor profundo, intenso y que todo tapa cuando te
veo. Por más que intente poner palabras, todas se quedan cortas cuando
pienso en lo que despiertas en mí.
.
Increíble.
Inexplicable.
.
Aquel día no solo naciste tú, L, nacimos tu papá y yo de nuevo.
Nacieron sentimientos y pensamientos que te agarran las entrañas, que no
se pueden explicar y que antes no podíamos imaginar.
.
Has puesto nuestro mundo (interno y externo) del revés hija. Y te estaré eternamente agradecida por haberlo hecho.