Normas y Límites
A
menudo me llegan consultas de familias que se ven incapaces de poner
límites a sus hijos y posteriormente se encuentran desbordados, cansados
e impotentes a la hora de manejar situaciones infantiles de conflicto.
Es importante que pongamos sobre la mesa nuestros miedos e inseguridades
como padres, qué nos genera poner
límites y cómo nos sentimos cuando nuestro hijo reacciona protestando
enérgicamente ante ellos.
Para poder ajustar no solo las emociones infantiles, sino también las nuestras, es necesario tener claros varios aspectos:

1) Las normas y los límtes AYUDAN: gracias a ellos los niños tienen claro qué pueden hacer y cuándo, qué se espera de ellos. Esto contribuirá a aumentar la confianza en sí mismos, su autoestima y que se desenvuelvan de una manera más autónoma, sin tener que estar a cada instante pendiente de nuestras reacciones para validar (o no) sus conductas.
2) Dichas normas y límites tienen que ser ACCESIBLES para la infancia: las normas tienen que tener un fundamento que seamos capaces de transmitir a los niños, no mediante explicaciones complejas, sino con un diálogo claro y consensuado.
3)
Recordaremos las normas y los límites a los niños SIEMPRE QUE SEA
NECESARIO: es (muy) probable que los niños intenten traspasar los
límites en diferentes ocasiones. Ante esto nuestra reacción debe ser
ajustada, manteniendo la calma y recordando al niño lo que habíamos
acordado anteriormente. En estos casos ofrecer alternativas ante los
comportamientos no deseados siempre es la mejor opción, sin caer en
culpabilizarles por sus acciones ni ponerles etiquetas (Lo has hecho muy
mal, eres malo, etc.)
4) Recordemos que ponemos límites porque les
queremos y queremos lo mejor para ellos: hacer creer a un niño que es
omnipotente es engañarlo, hacerlo indefenso ante la frustración y
convertirlo en una persona sin mecanismos ante situaciones de conflicto.
Hasta aquí el post de hoy, se me queda corto porque hay tanto que decir sobre este tema! Ahora os paso el relevo en los comentarios