Tutorías con las familias: Pautas y Consejos

Cuando unos padres nos solicitan una tutoría o entrevista personalizada, o bien cuando somos nosotros como docentes los que la demandamos, podemos observar que se nos despiertan algunos sentimientos que pueden hacer que nos sintamos inseguros ante dicho acontecimiento.
En ocasiones podemos sentirnos inseguros porque no sabemos qué van a preguntarnos o, si lo sabemos, podemos llegar a pensar que no sabremos manejar el tema. De la misma manera, cuando somos nosotros como docentes los que vamos a transmitir una preocupación, intranquilidad o alguna información sensible del alumno a las familias, podemos sentirnos nerviosos y pensar que no encontraremos las palabras adecuadas para hacerlo.
Ante todo Cucamonas relax, es importante que vayamos tranquilos a las tutorías. Pensemos que dentro del despacho nos espera una familia que busca nuestra ayuda y no juzgarnos, que estará atenta a nuestras aportaciones y sugerencias ya que, después de ellos, somos la persona que más tiempo pasa con su hijo.
Cosas que podemos hacer antes de la reunión:
- Si sabemos en torno a qué va a girar la tutoría (control de esfínteres, alimentación, rabietas, etc.), podemos reforzar la información que ya tengamos, ampliándola y buscando recursos para añadir a los nuestros y poder ofrecer a las familias. En este sentido podemos recurrir a buscar información teórica, a hablar con nuestros compañeros sobre cómo ellos tratarían el tema, etc.
- Buscar en nuestros anecdotarios, cuadernos del profesor, informes trimestrales, etc., acerca de la información concreta del alumno sobre el que nos vamos a reunir. De sobra conocemos a nuestros alumnos pero nunca está de mal llevar un registro o control sobre su evolución y poder recurrir a él a modo de histórico para tratar posibles problemas o alteraciones. Hablar con sus maestras de cursos anteriores y plantearles la situación también puede ser de gran ayuda.
- Si somos nosotros los que vamos a transmitir información sensible a la familia, puede sernos útil hacernos un pequeña esquema con los puntos a tratar para asegurarnos de que no se nos olvida nada.
El día de la entrevista iremos a recibir a los padres de manera cordial y relajada, crearemos un ambiente cálido con ellos y fomentaremos en todo momento que se establezca un diálogo que nos ayude a ambas partes a llegar a puerto. De nada sirve que les soltemos un largo "speech" técnico en el que no pueden intervenir y cuyo contenido sea accesible.
En este sentido para favorecer que la tutoría fluye con naturalidad podemos tener en cuenta los siguientes aspectos:
- Cuando nos sentemos y para romper el hielo sin prisas, preguntaremos qué tal están y cómo ven al niño. Es importante crear un clima en el que los padres sientan que pueden hablar, desahogarse y expresar sus sentimientos sin sentir que son juzgados.
- Si son ellos los que traen una preocupación de la que hablar, les diremos que estamos aquí para ayudarles, que nos cuenten que les preocupa. Evitaremos hacer preguntas cerradas (que puedan contestar con SÍ o NO), sino que a la par que vayan hablando podemos incidir con preguntas como: ¿y por qué creéis que sucede eso? ¿cómo reaccionáis vosotros ante esa situación? ¿qué os hace sentir que vuestro hijo se comporte así?.
- Ante temas relacionados con la alimentación o el sueño, es de gran ayuda preguntar cómo ha sido el sueño o la comida desde el nacimiento. Puede parecer redundante e innecesario, pero habitualmente los niños arrastran conductas aprendidas en momentos sensibles como estos y en vez de erradicarse, evolucionan hacia otras que se tornan más complejas.
- Cuando nos estén contando su preocupación, evitaremos en todo momento hacer observaciones del tipo "Uy que raro, aquí en la Escuela no hace eso", "Pues en la Escuela no se porta así", etc. Esto puede conllevar a una interferencia en la comunicación ya que los padres pueden sentirse juzgados y culpables por las conductas de su hijo. Estamos para escuchar y ayudar Cucamonas.
- Ofreceremos nuestra visión sobre cómo es el niño en la Escuela en los momentos que a los padres les preocupen, resaltando todas las cosas que son capaces de hacer, aquellas en las que necesitan apoyo y concretaremos dichos apoyos, ofreciendo recursos a los padres para que los integren día a día.
- Intentaremos dar una visión teórico-evolutiva a los comportamientos que nos describen. No nos quedemos en "es que los niños de esta edad son así". No. Explicaremos de dónde nacen ciertos comportamientos de los niños en base a sus procesos de desarrollo, con el fin de desligar a los niños de juicios de valor como pueden ser la agresividad, el egoísmo, la desobediencia, etc.
- Mostremos un lenguaje cariñoso, cálido, cercano. Nada de tecnicismos inalcanzables ni de paradojas educativas extrañas. Vamos a trabajar todos juntos por y para el niño y para ellos debemos estar en línea y en consonancia.
Una vez acabe la reunión, puede ser de gran utilidad que redactéis todo lo que se ha hablado para poder volver la vista atrás siempre que sea necesario y tirar de dicha información. Este informe puede ser de gran utilidad a lo largo del curso e incluso podemos ponerlo al alcance de las futuras maestras del niño en cuestión por si necesitan completar vacíos de información.
Una buena tutoría puede asentar y afianzar las bases de la confianza y la comunicación Familia-Escuela, pilar de incalculable valor tanto en el proceso educativo como de desarrollo del alumno.
Hay tutorías más fáciles, tutorías complicadas y tutorías que han resultado un desastre. Todas y cada una nos sirven para aprender y para dar lo mejor de nosotros en la próxima.
Confía en ti.