Viajeros de ojos abiertos y corazón contento

Este texto es parte de un cuaderno que una familia me regaló por fin de curso.
Cada vez que lo leo me imagino a su niño y a tantos niños que salen al
mundo, que exploran, que se equivocan y aprenden, que disfrutan
descubriendo cada cosa nueva que aparece ante ellos.
No es el destino más sofisticado, no son los juguetes más caros, no son
los resultados académicos más brillantes... Es llevar una maleta llena
de entusiasmo, alegría, curiosidad, de ganas de reír y también de
llorar... es la vida de un niño. Algo tan maravilloso que solo ocurre
una vez y que debe ser único e irrepetible :)
Tiempo de calidad que diría una buena amiga, que el viaje de sus vidas sea un cúmulo de experiencias enriquecedoras que le lleven a SER FELIZ. Que descubra por sí mismo lo que le agrada y lo que no, que salte, que baile, que juegue... y que nunca le falte un adulto al que mirar con complicidad antes de lanzarse a hacer sus propias conquistas.
Cucamonas, seamos viajeros de corazón contento también de mayores